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EL CENTRO DE YOGA INTEGRAL

Abrir un centro de yoga requiere encontrar una estructura y orden adecuado en las acciones a llevar a cabo. La aspiración y las ganas serán las otras claves de esta maravillosa opción de vida.

Puede que lleves un tiempo planteándote abrir un centro de yoga integral. Un impulso interno te anima a dar un paso más allá. Quizás ya estás dando alguna clase, pero lo estás compatibilizando con otro trabajo y sientes que quieres dedicar todo tu esfuerzo a compartir el yoga con los demás. Quizás ya dediques todo tu tiempo a impartir clases, pero pasas el día como una nómada de sala en sala sin llegar a sentirte en tu sitio. Sea como fuere, has decidido abrir tu propio Centro de Yoga y aquí llegan las dudas: ¿por dónde empezar?

Si bien, lo primordial en esta cuestión, es sentir el verdadero y sincero impulso interno de compartir el método del Yoga Integral con los demás, para ayudarles a mejorar sus vidas y conectar con lo elevado que hay en su interior, debemos poner tierra a esta aspiración, para que no se quede en un bonito intento y se llegue buen puerto.

ASPECTOS PRINCIPALES A TENER EN CUENTA

Dimensiones de la sala:

Es muy importante encontrar un lugar que tenga unas dimensiones idóneas para ofrecer clases, no solamente los metros cuadrados que hemos calculado que tendrá nuestra sala de práctica, sino su distribución (columnas, formas irregulares…), iluminación y temperatura. Es fundamental tener todo esto claro para no llevarnos sorpresas una vez estamos dando las clases en nuestra sala y, por ejemplo, caemos en la cuenta de que debido a la forma que tiene no todos los alumnos tienen acceso visual al profesor, o llega el invierno y descubrimos que cuesta mucho calentarla.

Localización del centro:

También hay que tener en cuenta el barrio o zona donde se encuentra, si está muy concurrida, hay acceso en transporte público, la proximidad de otros centros de yoga o si es adecuado nivel de ruido. Todo esto puede influir en que acudan muchos alumnos o que, por ejemplo, si se diese el caso de que no está bien comunicado, los que quieran acudir desde otros lugares no lo hagan por la dificultad que encuentran para llegar.

Inversión y aspecto legales requeridos:

Parte fundamental para poder comenzar este o cualquier otro proyecto. Aquí surgen varias cuestione ¿con qué posibilidades económicas cuento? ¿se necesita realizar alguna reforma o adecuación del espacio? ¿Conozco a unos buenos profesionales para llevar a cabo la reforma o alguien de confianza que me asesore?¿tengo claro cuantas personas necesito que acudan a la sala para cubrir los gastos fijos?¿tengo claros cuales van a ser los gastos fijos y variables del proyecto? ¿requiere permiso de actividad el local? ¿que tipo de forma jurídica es la adecuada? ¿como voy a gestionar la parte legal de impuestos, declaraciones etc?. Es fundamental tener todo esto bien claro para ser realistas con lo que estamos creando y así evitar escenarios poco alentadores.

El contenido de la sala:

Tras mucho buscar, medir, comparar… por fin encontramos el lugar ideal donde abrir nuestro Centro de Yoga. Además de preparar el “continente” y distribución de nuestro Centro de Yoga, debemos preparar el “contenido”.

Por un lado, el material de la Sala (esterillas, cojines de meditación, tacos, mantas, elementos de decoración…) y del resto del local; la recepción, donde trataremos de ubicar un espacio acogedor para recibir a nuestros alumnos, que el vestuario sea lo suficientemente amplio y confortable, el aseo… y ahora sí: está todo precioso y preparado para arrancar. Solo nos falta un detalle, el principal… ¡los alumnos!

Visibilidad del proyecto:

Es fundamental hacernos “visibles” a esas personas potenciales de convertirse en los alumnos de nuestro centro de yoga. Hoy en día disponemos de numerosas herramientas para darnos visibilidad: una buena página web, redes sociales, anuncios en revistas y/o medios de comunicación locales, cartelería y por supuesto el boca a boca. Esta va a ser nuestra mejor tarjeta de presentación. Cuando realizamos un buen trabajo, esto irá haciendo que el alumnado recomiende nuestras clases.

Una buena forma de arrancar, especialmente si todavía no tenemos alumnos ya que no nos conocen en la zona, es realizar una Inauguración del centro ofreciendo unas “jornadas de puertas abiertas”. En estas ofreceremos los primeros días las clases de yoga de forma abierta y así puedan conocer a nosotras y a nuestra propuesta yóguica.

Abrir un Centro de Yoga Integral es una maravillosa aventura donde poder realizarnos y compartirnos con los demás. Los comienzos son exigentes, requieren de muchísima implicación, esfuerzo y dedicación, pero sembrando adecuadamente no sólo recogeremos unos frutos que nos permitan vivir de nuestra pasión, sino que contribuiremos a llevar la transformación que produce el yoga integral a los corazones de las personas de nuestro pueblo o ciudad.

Mahashakti – Escuela de Yoga integral[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_column css=».vc_custom_1591269669425{margin-top: -30px !important;}»][/vc_column]