
Ser una persona mayor ofrece otra visión de la vida, es una etapa de cambios profundos y una madurez en la que el Yoga puede ayudar a que el estado de salud con el que se enfrenta no sea de decadencia dolorosa sino de plenitud, felicidad y satisfacción. Yoga es la posibilidad de alcanzar un nuevo nivel de percepción, conciencia y de acción de nosotros mismos.
En la sociedad actual, dado que el mayor crecimiento demográfico es de las personas mayores, el envejecimiento se ha convertido en un tema relevante y de creciente interés.
«¿Quién no quiere hacerse mayor con salud, calidad de vida e independencia?»
Las enseñanzas del Yoga tienen una perspectiva positiva sobre el envejecimiento, viéndolo como un momento de sabiduría y de crecimiento continuo.
Se trata de un proceso que todo ser vivo sin excepción alguna padecerá en el futuro, donde las células y moléculas ya no se duplican de la misma forma a través de los años.
Los años de madurez física conllevan una serie de desafíos tanto físicos como emocionales. Por ello, la práctica del Yoga en la tercera edad puede ser una gran aliada para prevenir dolencias, tratar síntomas y serenar la mente.
El envejecimiento del cuerpo físico, no sólo está determinado por la edad cronológica, sino que intervienen en él factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, ecológicos y también acontecimientos históricos y aspectos éticos.
Es un proceso que va ligado a la vida. Éste depende de las características que le da cada cultura, pero por lo general se entiende como un fenómeno que incluye todas las dimensiones de una persona. En estas dimensiones se encuentran los cambios físicos, psicológicos y sociales entre otros. Esto requiere entender el proceso del envejecimiento y a la vez ofrecer alternativas que favorezcan la calidad de vida de los mayores. Una manera de tratar tanto el aspecto físico (asana), como el aspecto psicológico (meditación) y el social (grupo) es mediante la práctica de yoga. El yoga al ser una disciplina que trata de alinear cuerpo, mente y espíritu se convierte en una práctica interesante para realizarla en personas mayores.
En la tercera edad, el Yoga y Meditación no solo promueve la independencia y la movilidad, sino que también juega un papel esencial en la prevención de enfermedades crónicas y el fortalecimiento del bienestar emocional. A medida que avanzamos en edad, mantenerse activo se convierte en un pilar fundamental para preservar la calidad de vida.
Dado que la esperanza de vida aumenta, surge la necesidad de abordar el envejecimiento de forma distinta, centrándonos en la promoción de un estilo de vida activo y saludable. Para ello es importante adquirir hábitos saludables, teniendo en cuenta que el bienestar y la calidad de vida no se limitan solo a los años de juventud. El envejecimiento activo trata de aprovechar al máximo cada etapa de la vida, cultivando la autonomía, la vitalidad y la plenitud en todas las edades.
El envejecimiento saludable es el proceso de mantenimiento y desarrollo de las capacidades funcionales que permite el bienestar en la vejez. Un continuo proceso de optimización de las oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad a lo largo de la vida.
En el marco de un envejecimiento activo o saludable, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030), un proyecto que involucra a todos los actores sociales, gubernamentales, organismos internacionales, medios de comunicación y profesionales para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven.

Con base en planes de acción mundiales e informes sobre el envejecimiento y la salud de la población, la OMS llevó a cabo esta iniciativa, consistente en una colaboración mundial para fomentar el envejecimiento saludable en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible entre los que la práctica de yoga y meditación son destacables aportaciones.
Es de agradecer que se vayan tomando este tipo de medidas desde las altas esferas, a nivel social, económico y político. No obstante, realmente somos cada uno de nosotros los que más impacto tenemos en nuestra vida. Hagamos uso de ello y responsabilicémonos de nosotros mismos, la práctica de yoga y meditación, más allá de la esterilla, pueden convertirte en dos pilares de nuestra vida, en el sentido de conectar con el verdadero amor, respeto, coherencia y aceptación de lo que es la vida y nosotros como parte de ella.
La práctica del Yoga Integral en personas mayores aporta numerosos beneficios que mejoran a todos los niveles. A lo largo de este artículo citamos los principales. Es importante tener en cuenta y diferenciar en este colectivo que, aunque a nivel físico pueda haber limitaciones, a otros niveles puede haber una gran apertura y estímulo a investigar y conocer el mundo interno o, profundizar precisamente por esas limitaciones a nivel físico.
Está comprobado que la práctica de yoga ayuda a prevenir la tan temida osteoporosis. Los que sufren artritis y problemas de huesos ven aliviado el dolor intenso que sienten en pies o manos con el uso de las posturas de Yoga; Fortalece los huesos y los músculos: El yoga ayuda a prevenir la aparición de cambios fisiológicos, como la osteopenia y la sarcopenia, fortaleciendo los huesos y los músculos. Esto se consigue utilizando y comprometiendo los músculos y los huesos mediante la práctica de asana; mejora la flexibilidad, la movilidad y el equilibrio: ayuda a aumentar el equilibrio y la agilidad mediante posturas lentas y controladas; proporciona a las personas las herramientas para prevenir las caídas, la principal causa de lesiones en los adultos mayores; favorece la correcta interacción entre el sistema nervioso; aumenta la capacidad pulmonar. Esto aumenta la calidad de vida al no tener que depender de bombonas de oxígeno u otros elementos similares: mejora la circulación sanguínea, mejorando los niveles de oxígeno y transportando los nutrientes por todo el cuerpo: estimula el sistema inmunológico; fortalece la musculatura, equilibrio y coordinación; Mejora el funcionamiento de los órganos sexuales,…etc.
A menudo las personas mayores se sienten deprimidas debido a la falta de energía y flexibilidad que juega un papel importante condicionando cada instante de su vida diaria. Gracias a la práctica continuada de yoga recuperan gran parte de su flexibilidad, liberan de dolor sus articulaciones sintiéndose de nuevo llenos de energía.
La parte social y de integración también es importante en este colectivo, puesto que se puede practicar en grupo, esto puede utilizarse como herramienta para ayudar a estas personas a relacionarse con otras en situaciones parecidas o afines, compartir y pasar un rato en buena compañía, socialmente suelen sentirse apartados o aislarse.
Por otro lado, el impacto positivo del ejercicio sobre la salud mental es indiscutible. La práctica de yoga cubre esta parte de ejercicio físico con el plus de no correr riesgos mientras se practica, siendo ejercicios sin impacto, cero agresivos a las articulaciones. Por el contrario, nos ayudan a mantener una movilidad articular adecuada lo que no sólo impacta en la salud física, sino que también influye en la autonomía y la confianza de las personas mayores. De manera suave y progresiva, incorporar la práctica de yoga en la rutina diaria contribuye a mantener el cuerpo fuerte, la mente activa y a fomenta relaciones sociales, factores clave para disfrutar de una vida plena y saludable en esta etapa de la vida. Sentirse capaz de realizar tareas básicas sin ayuda fomenta la independencia y mejora la calidad de vida, no sólo de quien lo practica sino de todos los familiares y personas que nos rodean.
Es importante optar por clases adaptadas, dirigidas por profesionales capacitados que conozcan las limitaciones propias de esta etapa de la vida y garantizar que las personas mayores practiquen de manera segura y efectiva. La seguridad y buena práctica es crucial para reducir el riesgo de caídas, una de las principales causas de lesiones graves en las personas mayores. Muchas veces una caída o fractura conlleva tiempo de reposo y dependencia que altera todo el entorno de la persona.
«¿Cómo afecta el envejecimiento a nuestra calidad de vida?»
Los adultos mayores presentan una mayor exposición a enfermedades, sobre todo crónico-degenerativas e incapacitantes, muestran también condiciones de dependencia, pérdida de las capacidades físicas y mentales y disminución en su grado de autonomía y adaptabilidad. En esta etapa existe un declive de muchas estructuras o sistemas que se habían ido desarrollando en las etapas previas, y lleva a un deterioro cognitivo, social, físico /o emocional.

Los adultos mayores de 60 años que permanecen físicamente inactivos tienen más riesgo de caídas, limitaciones funcionales, discapacidad y problemas mentales. Hay estudios científicos donde se ha comprobado que hacer ejercicio aeróbico, entrenamiento de resistencia progresiva mejora la movilidad y la calidad de vida de estas personas. El Programa British Wheel of Yoga (BWY) “Gentle Years Yoga”, 2009 por ejemplo especialmente pensado para los mayores con osteoartritis, hipertensión y demencia. En él se propone adaptar las ásanas tradicionales del Hatha Yoga para que sean seguras y accesibles para todos con unos resultados altamente beneficiosos. Dicho estudio confirma el Hatha Yoga puede ser otra opción adecuada, pues ayuda a desarrollar la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad en distintos planos de movimiento. Además, concede importancia a los ejercicios respiratorios, la concentración o meditación y la relajación, lo que reduce la ansiedad y la depresión.
Un estudio realizado por la Universidad de California ha revelado que el pecho es la parte del cuerpo que envejece más rápido. Esto es debido a que el tejido de esta zona es hasta tres años mayor que el del resto del cuerpo. El envejecimiento se produce porque las células pierden la capacidad para generar energía, con lo cual ocurre la oxidación celular.
El tiempo y factores externos como la contaminación, la radiación, la mala alimentación u hábitos nocivos, causan lo que se denomina estrés oxidativo. Y este, a su vez acelera el envejecimiento.
Esto, nos recuerda la importancia de responsabilizarnos de nosotros mismos, hacer uso de lo que está en nuestro control y ralentizar o evitar así tales efectos. Es fácil si se empieza poco a poco con pequeños cambios en el día a día como pueden ser:
- Apuntarnos a clase de Yoga o conseguir la manera de poder practicar 2 o 3 veces a la semana, a poder ser con más personas.
- Estar bien hidratados y cuidar lo que entra en nuestro cuerpo con alimentos con nutrientes y lo más cercanos a nuestro entorno.
Incluir la práctica de yoga y meditación unas dos o tres veces por semana puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida. El Yoga es un sistema espiritual que facilita a las personas que lo practican la conexión con su Corazón y la realización de su potencial humano y para esto no hay límite de edad.
BIBLIOGRAFÍA
- https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5481961/
AUTORA
Satya,