
LA MONTAÑA Y EL SADHAK
DEL ALPINISMO AL CAMINO ESPIRITUAL
Las montañas han sido y son un camino de exploración donde el ser humano ha buscado la espiritualidad, la fama y la inmortalidad.
Las montañas siempre se han considerado espacios de silencio, de búsqueda, de retiro y espiritualidad. En la mayoría de caminos espirituales donde estos ecosistemas ofrecían cobijo, paisajes y vacuidad se han ubicado muchos ashram, monasterios y templos, siendo hoy en día todavía lugares donde simbólicamente el cielo y la tierra se acercan.

Si miramos a las grandes cimas de los Himalayas o del Karakorum, donde encontramos las cimas más altas del planeta, los monasterios y la iconografía espiritual de la zona está llena de la presencia de las catedrales de piedra y hielo que esculpen la tierra y las creencias de las sociedades. La llegada del occidental a estas cimas ha seguido dos sendas muy diferenciadas. Por un lado el buscador espiritual ha buscado en en estos espacios el camino hacia su verdad, respuestas y espacios donde encontrar un sentido y un propósito vital. Por otro lado, totalmente opuesto encontramos la conquista de la superación deportiva a través del alpinismo de altas cumbres, desarrollada en el siglo XX especialmente por alpinistas europeos que buscaban esa conquista del más difícil todavía, la fama y la inmortalidad del ego.
Estas dos sendas de vida, tan opuestas en su objetivo, se pueden ver como dos sendas paralelas hacia las mismas cumbres que anhela el ser humano. En estas líneas se muestra una mirada comparativa que nos puede inspirar en reflexionar sobre nuestro propio camino y del ser humano, nuestras metas y el compromiso que adquirimos para con ellas.
«La escuela de yoga te marca una enseñanza, una práctica, unas directrices, principios formativos con los que puedes comenzar a caminar por el sendero del yoga, pero el camino tiene que ser transitado por la persona».
EL INICIO DEL CAMINO
Cuando el alpinista quiere comenzar su camino, no tiene otra opción que buscar una expedición o guía en el camino, siempre se comienza por expediciones sencillas, a campos base y rutas accesibles que le acercan a collados, campos base de los 8000 y un contacto con todo lo que conlleva la práctica del himalayismo. El camino del sadhak comienza vinculándose por igual con el primer paso que no es otro que vincularse a una disciplina o línea espiritual o en el aspecto que nos ocupa aquí a una práctica de yoga concreta, la cual comienza con las clases regulares en la cual se va teniendo un contacto con la práctica. En esta fase podemos ver las montañas y nos familiarizamos con la disciplina.
UN PASO HACIA ADELANTE
En determinadas personas, una vez recorridas estas rutas de aproximación surge el deseo de una exploración

mayor y comienzan a querer subir a esas cimas. En este segundo escalón comenzamos con la subida de cimas de aproximación que nos suben a los 5000 o 6000 metros, donde ya las condiciones requieren de un esfuerzo y una preparación por parte de la exploradora. En este nivel aparece la figura del sherpa, sin el cual la travesía resulta imposible. El sherpa sabe cual es su cometido, no es el centro de la expedición ni busca su reconocimiento, su labor es impulsar y facilitar al alpinista a ese terreno donde él ha abierto más de un sendero.
El sadhak en ese anhelo por conocer un poco más busca a ese sherpa que le acompañe hacía esa profundidad vinculándose a una formación de profesores. El sherpa, marca el camino, los campos base, el material, todo lo necesario para llegar al objetivo. La escuela de yoga te marca una enseñanza, una práctica, unas directrices, principios formativos con los que puedes comenzar a caminar por el sendero del yoga, pero el camino tiene que ser transitado por la persona. Esta fase requiere ya de un compromiso y de una confianza en el sherpa, de lo contrario en la primera ventisca, volveremos a esas rutas del bajo valle donde nos movemos con soltura. Conforme comenzamos a subir montañas, aparecen los nuevos retos, dificultades y también las recompensas de las conquistas, las nuevas miradas al horizonte y los aprendizajes del camino. Comenzamos no solo a ver, sino a transitar las montañas y sus laderas.
«Debemos reflexionar si el propósito final del camino es sacarnos una foto en la cima, o sentir que somos la cima».

EL OXÍGENO Y LA SADHANA
Cuando la persona se compromete en su camino, surge de dentro ese anhelo de seguir conociendo, explorando y ascendiendo en ese camino hacia las altas cumbres. En esas sendas cada vez más escarpadas aparece un aliado importante, que es el oxígeno. Salvo algunas personas, la mayoría de alpinistas necesitan de este elemento vital para las ascensiones ya comprometidas, más si cabe si superamos los 7500 m o la llamada “zona de la muerte”. En el sadhak que ya va reconociendo las reglas y leyes que imperan en estas travesías va apareciendo la certeza de la necesidad imperiosa de la bombona de oxígeno. Esa bombona es su sadhana. Al igual que el alpinista no contempla ascender sin el elemento base de su sustento vital, la yoguini no puede seguir un camino honesto sin su sadhana.
EL PROPÓSITO DEL VIAJE
En ocasiones, podemos caer en dejar que nuestras pequeñas metas y collados, nos nublen el propósito del viaje. La profesora de yoga y el sherpa deben saber y recordar en cada consejo que el centro de este viaje no son ellas, el centro de este viaje es el propio camino, es el paisaje y no perder el propósito que alienta y le da sentido a la propia acción. El centro de toda la travesía se debe centrar en la enseñanza y lo que aporta en el camino hacia una misma.
«La profesora de yoga y el sherpa deben saber y recordar en cada consejo que el centro de este viaje no son ellas, el centro de este viaje es el propio camino».
LA CUMBRE ESTÁ EN TÍ
Para el sadhak del yoga integral, cada día es una oportunidad de llevar el yoga a la vida, cada día es un ascenso a la montaña escarpada. Si nuestra logística es buena y el oxígeno de nuestra sadhana nos sostiene, podremos continuar con el camino, vengan temporales, hielo o imprevistos. De lo contrario, la más mínima inclemencia nos hará parar o incluso retroceder. Cada exploradora tiene que buscar cual es su aspiración en este trekking de la vida, caminar por donde quiera y decidir su energía hacia sus propósitos, pero es importante que conozcamos el mapa que nos propone el himalayismo y el camino espiritual, para que cada una de nosotras podamos elegir qué rutas queremos explorar, a qué ritmo las vamos a transitar y sobre todo, que nos ayude a reflexionar si el propósito final del camino es sacarnos una foto en la cima, o sentir que somos la cima.

AUTOR
Kavi. Formador de profesores de Yoga Integral en la Escuela Mahashakti.